Jeremías



Jeremías vivía hace muchísimos años en Israel. Un día, Dios lo llamó para una misión muy especial: ser su mensajero. Al principio, Jeremías se sintió un poco asustado y pensó: "¡Oh, no! Soy muy joven, ¿Quién me escuchará?". Pero Dios le dijo algo muy importante que le dio mucho valor: "No tengas miedo, porque yo estoy contigo para protegerte y ayudarte en todo momento".

Así que Jeremías se convirtió en el mensajero de Dios. Su trabajo era hablar con las personas de su pueblo y decirles que se habían alejado de Dios. Les explicaba que habían hecho cosas que no estaban bien, como adorar a otros dioses y olvidarse del amor y las reglas de Dios.

Aunque seas muy joven Dios te puede llamar y utilizar para compartir a los demás de su amor y su Palabra.

No es una tarea fácil, aunque Jeremías les decía estas cosas con mucho amor, la gente no quería escucharlo. A veces se enojaban con él y lo trataban mal. Lo metieron en la cárcel e incluso lo arrojaron a un pozo. Pero Jeremías nunca se rindió, porque él sabía que lo más importante era obedecer a Dios.

El versículo Jeremías 9:1 dice:

¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!

En este versículo, Jeremías expresa un profundo dolor y lamento por la destrucción y muerte que ve venir sobre su pueblo, le duele el pecado de su pueblo a tal grado que llora por ellos. 

¿Alguna vez te has sentido así? ¿Qué te duela tanto el pecado de la gente a tu alrededor que oras y lloras por ellos, para que se arrepientan y conozcan a Dios? 

Jeremías continuó recordándoles el gran amor de Dios. Les decía que, aunque habían hecho cosas malas, Dios estaba listo para perdonarlos si se arrepentían y volvían a Él. Jeremías nos enseña a compartir del evangelio, incluso cuando es difícil y los demás no nos quieran escuchar.

El propósito del libro de Jeremías:

El libro de Jeremías tiene dos mensajes principales:

  1. "¡Por favor, vuelvan a Mí!": En la primera parte del libro, Dios le dice a su pueblo a través de Jeremías: "Hijos, me han olvidado. Han dejado de quererme y están adorando a cosas que no son dioses. Eso es muy peligroso y les va a traer problemas. ¡Por favor, vuelvan a amarme y a obedecerme antes de que sea demasiado tarde!". Dios les dice que se arrepientan y cambien su camino.
  2. "Siempre hay esperanza": En la segunda parte del libro, Dios les da un mensaje lleno de consuelo. A pesar de que su pueblo se portó mal y tuvo que enfrentar las consecuencias de sus acciones, Dios les promete que nunca los olvidará. Les dice que, después de un tiempo, los va a perdonar y a traer de regreso a su hogar. Y les da una promesa muy especial: que les pondrá una nueva ley en sus corazones para que, en el futuro, no vuelvan a alejarse de Él.

Entonces, el propósito del libro de Jeremías es mostrarnos que:

  • Dios siempre nos ama y se preocupa por nosotros, incluso cuando nos equivocamos.
  • Nos pide que volvamos a Él cuando pecamos y nos alejamos de su camino.
  • Nos promete un futuro lleno de esperanza y perdón si nos arrepentimos de nuestros pecados.

En resumen, el libro es una advertencia para que no nos alejemos de Dios, pero también es una hermosa promesa de que Él siempre nos espera con los brazos abiertos y tiene un plan maravilloso para nuestro futuro.

Versículo a memorizar:

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.

Jeremías 29:11


 












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