Mefiboset y David sentados en la misma mesa
Mefiboset y David sentados en la misma mesa
(Clase para el domingo 24 de julio de 2016)
1. Alabanza: David
2. Meditación y preparación del maestro:
· Pasa un tiempo meditado en el texto de la clase y el verso a memorizar. ¿Qué significa este texto para nosotros?
Algunos tips para tu meditación:
A) Marca los puntos significativos para enfatizar.
B) Subraya las palabras o ideas que necesitan más explicación.
C) Puedes hacer anotaciones al margen de tu Biblia.
3. Clase:
Tema: Mefiboset y David sentados en la misma mesa
Pasaje: 2 Samuel 9
Objetivo: Que los niños encuentren en la historia de David y Mefiboset una analogía del amor y la misericordia que Dios ha tenido para con cada uno de nosotros.
Introducción: Te recomendamos preparar con anticipación tu salón de clase. Decóralo utilizando accesorios que representen un comedor, prepara mesas en las que los niños se sientan como si estuvieran a punto de recibir una deliciosa comida. Al ir llegando invítalos a tomar su asiento en la mesa.
Pregúntales a qué les recuerda la decoración del salón. Habla con ellos un poco acerca del tiempo que tienen en casa a la hora de la comida, cuando todos se reúnen en familia.
Ahora diles que así como disfrutan ese tiempo con su familia todos los días a la hora de la comida, hubo un hombre que un día, sin imaginarlo y sin merecerlo, disfrutó el resto de su vida compartir la mesa y los alimentos con el rey David, su nombre era Mefiboset.
Introduzcamos a Mefiboset. Él era hijo de Jonatán y nieto del rey Saúl. Cuando Saúl murió la nana de Mefiboset tuvo que huir con él porque su vida corría peligro. ¿Por qué corría peligro? Pues porque una vez muerto el rey debía morir toda su descendencia para que no quedara nadie que pudiera reclamar el lugar del rey, porque recordemos que Dios ya había decidido que sería David quien se convertiría en rey.
Así que cuando la nana huía con Mefiboset este se le cayó de los brazos y a partir de ese momento ya nunca más pudo caminar. Él tenía aproximadamente 5 años cuando sucedió esto, y desde ese día tuvo que vivir escondido y con temor de ser encontrado por el rey porque si eso sucedía sabía que podía morir.
Sin embargo, David quería hacer misericordia con algún pariente de Jonatán hijo de Saúl, a pesar de que Saúl había sido su enemigo durante muchos años, recordemos que David fue perseguido por Saúl pues este quería matarlo. David preguntó si había alguien de su familia que aún estuviera vivo porque quería ser bondadoso y amoroso con esa persona. Cuando se enteró que existía Mefiboset lo mandó traer delante de él.
Imagínense lo que ha de haber pensado Mefiboset cuando fueron a buscarlo, seguramente estaba con mucho miedo, ¿qué sucedería? ¿para qué querría verlo el rey? ¿Intentaría matarlo? A pesar de todas estas dudas, Mefiboset se presentó delante de David y se postró ante él.
David con amor le dijo que no tuviera miedo por tres grandes razones: le dijo que no moriría, que le devolvería las tierras que le correspondían por herencia y la más importante, que a partir de ese día comerían juntos en su mesa. Mefiboset no estaba siendo un invitado a comer en la casa del rey para siempre, sino que estaba siendo adoptado por el rey como parte de su familia para estar en la misma mesa disfrutando de una deliciosa comida pero también compartiendo todos los días de su vida un tiempo con el rey.
Mefiboset estaba maravillado y feliz de saber que a partir de ese momento ya no tendría que esconderse más, al contrario, ahora era parte de la familia del rey.
Esta historia se parece mucho a la nuestra, y si es que aún no lo es, hoy es un buen día para que así sea.
Nosotros somos Mefiboset, somos esas personitas que hemos estado lejos de Dios. Nosotros éramos sus enemigos porque hacíamos lo malo, porque somos pecadores y no merecemos nada bueno.
David representa a Jesús. Jesús también es un rey, incluso es el rey de reyes, el más grande de todos. Y a pesar de que nosotros habíamos sido sus enemigos, él decidió entregar su vida en la cruz para pagar por nuestros pecados y así invitarnos a formar parte de su familia. Él nos muestra su amor y su bondad adoptándonos como sus hijos e invitándonos a sentarnos a la mesa con el todos los días, ¿qué significa esto? Que todos los días, así como cada uno de nosotros disfruta un tiempo increíble con nuestras familias a la hora de la comida, podemos tener tiempos maravillosos con Jesus conociéndole más a través de su palabra y platicando con él a través de la oración.
***Si es que hay algún niño que no ha recibido a Jesus en su corazón es un muy buen momento para que los animes a hacerlo.***
Verso a memorizar:
"Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo..."
Efesios 1:5a
Excelente ! Me encantaría que anexaran una idea de algún trabajo manual para los pequeños.muchas gracias!
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