¿Puede algo malo convertirse en algo bueno?
¿Puede algo malo convertiste en algo bueno?
(Clase para el domingo 9 de julio de 2017)
Alabanza: Leslie, Ingrid y Samantha
A) Marca los puntos significativos para enfatizar.
B) Subraya las palabras o ideas que necesitan más explicación.
C) Puedes hacer anotaciones al margen de tu Biblia.
Clase
Tema: ¿Puede algo malo convertirse en algo bueno?
Pasaje: 2 Reyes 8:1-6
Objetivo: Que los niños sepan que las dificultades que han vivido o están viviendo hoy en día, Dios puede usarlas para convertirlas en algo bueno y de gran bendición para sus vidas.
Intro
Comencemos la clase haciendo una analogía entre el tema que veremos hoy y el reciclaje. De esta manera será más gráfico y sencillo para los niños entender lo que les enseñaremos este día.
Puedes llevar impreso el símbolo de "reciclar" en una imagen clara y grande para que todos los niños puedan verla. Pregúntales si han visto ese símbolo en algún lugar. Explícales que ese símbolo podemos verlo en objetos que pueden volverse útiles sin necesidad de tirarlos a la basura. Ese símbolo es muy importante porque quiere decir que el objeto tendrá muchos usos en el futuro.
Por ejemplo, muéstrales una botella de plástico con un poco de agua en el interior. Pregúntales para qué sirve esa botella y qué es lo que hacen cuando el agua se ha terminado. Seguramente te responderán que ellos la tiran a la basura. Ahora muéstrales el símbolo de "reciclar", eso quiere decir que la botella debe de ir a un contenedor donde las personas encargadas de recolectar la basura la tomarán para que después se conviertan en cosas inimaginables. Esa botella podrá convertirse en un futuro en una escoba, florero, bolsa, etc. (puedes llevar imágenes para que los niños lo vean y entiendan mejor). ¿Se hubieran imaginado que algo que aparentemente era inservible podría convertirse en algo tan lindo y útil?
Clase
Pues de la misma Dios puede convertir situaciones en nuestras vidas que son o han sido tristes y dolorosas en algo tan maravilloso que puede bendecirnos a nosotros y a las personas que tenemos a nuestro alrededor. Esto mismo le sucedió a una mujer sunamita de la cual leemos en 2 de Reyes 4:8-37. Ella era una mujer mayor que no había podido tener hijos, pero cuando el profeta Eliseo llegó a su encuentro le dijo que tendría un bebé y así fue. La sunamita tuvo un bebé al que vio crecer y al que quiso mucho. Quizás aquellos que han tenido hermanos menores saben un poco acerca de esto, imaginen cuánto habrá amado está mujer a su hijo.
Pero un día este niño murió, la sunamita estaba tan triste y desolada que no había nada que pudiera quitarle ese sufrimiento y dolor. ¿Han pasado ustedes por situaciones en las que se han sentido tan tristes que sienten que nada va a poder solucionar lo que están viviendo? Pues así era como se sentía está mujer, así que fue a buscar al profeta Eliseo, quien fue a ver al pequeño. Eliseo oró a Dios y el niño volvió a vivir. Dios utilizó a Eliseo para hacer un milagro muy grande. Pero allí no terminó la historia.
Más adelante en los primeros seis versículos del capítulo 8 de 2 de Reyes, vemos nuevamente a esta mujer con su hijo quienes tuvieron que salir de su ciudad porque Eliseo les dijo que en ese lugar no habría comida por algún tiempo. Cuando ellos regresaron a su ciudad les habían quitado todas sus cosas y su casa. ¿Cómo se sentirían ustedes si al regresar a sus casas les dijeran que alguien les robó su juguetes, su ropa y que además ya está durmiendo en su cama? Pues así de preocupada estaba la sunamita, quien fue a buscar al rey para pedirle ayuda.
El rey a su vez platicaba con Giezi, el rey quería saber todas las maravillas que había hecho Eliseo. Giezi le contó lo que había sucedido con el hijo de la sunamita, de cómo Dios a través de Eliseo le había devuelto la vida al pequeño. En ese preciso instante la sunamita y su hijo entraron al lugar, el rey estaba tan impresionado que en ese momento le ordenó a un oficial que le devolvieran todo a la mujer y a su hijo.
¡Qué sorprendente! La misma historia que hacía algunos años había sido tan dolorosa y difícil para la sunamita fue la historia que sirvió para que el rey le devolviera todo lo que había perdido y así ser grandemente bendecida. Así como a ella, Dios va a utilizar cada una de nuestras situaciones difíciles y tristes para convertirlas en grandes bendiciones en un futuro. Solo debemos confiar en el Señor y creer que él siempre está con nosotros.
Versículo a memorizar
“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes, dice el Señor. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.”
Jeremías 29:11 NTV
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