Mi familia refleja el evangelio

Mi familia refleja el evangelio 
(Clase para el domingo 21 de julio del 2019)




Tema: Mi familia refleja el Evangelio
Pasaje: Hechos 16:9-34
Objetivo: Que los niños identifiquen la oportunidad que el Señor les ha dado de predicar el Evangelio en sus familias por medio del ejemplo del carcelero de Filipos.

¿Alguna vez has admirado a alguien? Tal vez a algún cantante, deportista o artista, ¿& cuál o cuáles son las razones por la (s) que lo admiras? (Tomen un tiempo para ver las respuestas)

En nuestro caminar como cristianos podemos conocer a muchas personas cuya fe puede ser de gran admiración y motivación para nuestras vidas. Una de estas personas está en la Biblia y su nombre es Pablo. Pablo fue un hombre que amó al Señor con todo su corazón, tanto que estuvo dispuesto a ser lastimado y encarcelado con tal de que el Evangelio fuera conocido en todos los lugares posibles, y esa pasión y meta impactó a muchas personas. Hoy conoceremos a una de ellas.

Una noche, Dios le mostró a Pablo un hombre de un lugar llamado Filipos – que era una colonia situada en Macedonia– el cual le pedía ayuda; a la mañana siguiente Pablo, junto con sus amigos Silas y Lucas, emprendieron el viaje hacia ese lugar. Antes de encontrarse con ese hombre, ellos ayudaron a una mujer a liberarse del pecado por medio del Espíritu Santo y aunque esto fue bueno, no agradó a la gente poderosa del lugar por lo que decidieron encarcelar a Pablo y a Silas.

¿Alguna vez te han castigado por hacer lo correcto? ¿Cómo te pondrías si hubieras estado en su lugar? Lo que ellos hicieron fue adorar y cantar a Dios dentro de la cárcel. Y fue ahí, en la prisión, donde se encontraron con el hombre que el Señor le había mostrado a Pablo aquella noche. ¡Era el carcelero!

La adoración de Pablo y Silas en ese lugar provocó un gran terremoto en Filipos lo que hizo que las cadenas y las puertas de la cárcel se abrieran. Cuando el carcelero se dio cuenta de esto se preocupó mucho al pensar que todos los prisioneros pudieron escapar y tuvo miedo de lo que sus jefes pudieran hacerle por esto, así que cuando estuvo a punto de tomar una mala decisión Pablo y Silas le gritaron: “―¡No te hagas ningún daño! —le gritó Pablo—. ¡Todos estamos aquí! Temblando de miedo, el carcelero ordenó que trajeran luz, corrió al calabozo y se puso de rodillas ante Pablo y Silas. ―Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme? —les preguntó suplicante, después de sacarlos de allí. ―Cree en el Señor Jesucristo y serán salvos tú y tu familia —le respondieron. Entonces le contaron delante de sus familiares las buenas noticias del Señor. Y en aquella misma hora, el carcelero les lavó las heridas y se bautizó junto con los demás miembros de su familia. Después prepararon un banquete y el carcelero rebosaba de gozo, al igual que sus familiares, porque ya todos creían en Dios.

¿No es maravilloso? Dios le había mostrado a Pablo a un solo hombre, pero su obediencia no solo trajo salvación para él sino para toda su familia también.

Nuestras familias pueden reflejar el evangelio. Si toda tu familia es creyente ¡dale gracias a Dios por haber despertado el corazón de un persona para hacer que toda tu familia le conociera! Pero si no son creyentes, tú tienes la oportunidad de reflejar a Cristo y así, hacer una cadena del conocimiento del Evangelio en tu familia.

Versículo a memorizar
“...Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa” Hechos 16:31.

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