¡Señor, ayúdame!
¡Señor, ayúdame!
(Clase del 7 de noviembre del 2021)
Objetivo: Que los niños sepan que Jesús quiere hacer crecer nuestra fe en medio de las situaciones difíciles. Necesitamos tener un corazón humilde siempre que pedimos ayuda.
En esta clase nos transportaremos a un momento específico de la historia donde Jesús tuvo un encuentro muy particular con una mujer que tenía una gran necesidad.
Jesús había salido de Galilea y se dirigía junto con sus discípulos a una ciudad llamada Tiro. En el camino se encontró con una mujer que estaba muy preocupada pues su hija estaba con un mal que le aquejaba grandemente, así que ella se acercó al Señor para pedirle ayuda. ¡Estaba muy desesperada! Le rogaba que tuviera misericordia de ella y su hija.
¿Qué te imaginas que Jesús hizo ante este llamado? Conociéndolo nos imaginamos que rápidamente contestó a su petición, pensamos que quizás corrió junto con ella a ver a su hija para hacer un gran milagro, pero ¿sabes qué? ¡No sucedió así! Jesús simplemente no le respondió. ¿Cómo? ¿Por qué Jesús hizo eso? Pues sus discípulos incluso le pidieron a Jesús que la despidiera para que no siguiera molestando con sus súplicas.
Antes esto Jesús respondió a sus discípulos diciéndoles que él había sido enviado a este mundo para ayudar al pueblo de Israel (esta mujer no era de ese pueblo) así que, de alguna manera esto podría haber desanimado a la mujer porque no sólo
Jesús no le respondió sino que además dio a entender que Él venía específicamente por un pueblo al cual ella no pertenecía. ¿Tú qué hubieras hecho ante esto? Quizás nos hubiéramos ido tristes al saber que Jesús no escuchó nuestra petición. Pero esta mujer no dejó de insistir, se acercó una vez más para adorar a Jesús y para suplicarle ¡ayúdame! Jesús hizo una referencia muy particular en la que le dio a entender a esta mujer que no estaba bien darle “las sobras”. La mujer en lugar de ofenderse e irse insistió una vez más: ¡Señor ayúdame! ¿Y qué crees? ¡El Señor la escuchó! Y no solo eso, sino que ¡se sorprendió de su fe tan grande! No es que Jesús haya sido malo o no haya querido escucharla, es que estaba probando su fe. Al final el Señor le concedió lo que quería y al instante sanó a su hija.
¿Cuál es la enseñanza que nos deja esta historia? Sé paciente y espera en Dios. A veces las respuestas no llegan de inmediato, pero no desesperes. No es que Dios no quiera escucharte, es que está haciendo algo especial en tu corazón, dándote más fe. Ten la seguridad que cada que tú digas: ¡Señor, ayúdame! Él está cerca de ti dispuesto a escucharte y hacer crecer tu fe. No dudes, confía y cree que tienes un Dios cercano a ti que te ama y tiene compasión de ti.
Versículo a memorizar:
“Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los llene completamente de alegría y paz, porque confían en él...”
Romanos 15:13a NTV
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