El día de venganza y el día de santidad.

 


📍​Tema: El día de venganza y el día de santidad.

📖​Pasaje: Isaías 34-35

✔️​Objetivo: Que los niños sepan que la venganza es del Señor, que vendrá un día a juzgar todo lo malo y después volverá con su pueblo a reinar con justicia y paz a todo el mundo, que busquen a Dios el día de hoy que puede ser hallado y no esperar a recibir el castigo de Dios junto a los malvados.


​➡️Clase:

  • Isaías 34: El día de venganza

    • ¿Alguien alguna vez te ha hecho algo malo?

    • ¿Alguna vez has prestado algo y no te lo regresaron?

    • ¿Alguien te ha tratado mal o se burla de ti?

    • ¿Has pensado que hay gente que hace el mal y no le pasa nada?

    • ¿Quisieras que reciban su merecido las personas malas?

    • Muchos nos hemos sentido así, muchas veces por nuestra culpa y otras no somos culpables, otras veces nosotros hemos sido los que hemos hecho esas cosas malas.

    • Pero en nuestro corazón se genera una inconformidad, pensamientos malos hacia alguien mal, quisiéramos hacer justicia por nuestra mano, castigar a los malvados, o simplemente deseamos que algo malo les pase.

    • O si somos nosotros los que hacemos el mal, es por la misma razón, en nuestro corazón deseamos lo que no es nuestro, no nos importan las demás personas, pensamos que no habrá consecuencia de nuestros actos, si otros lo hacen, porque yo no, al fin, no les pasa nada.

    • Hoy quiero decirte que Dios sabe todas estas cosas que te han pasado a ti y a todo el mundo.

    • Entonces tal vez te preguntaras, ¿Por qué no hace nada Dios?

    • La respuesta es, por la Gracia de Dios, ¿Sabes lo que es la Gracia de Dios?

    • Suena a la palabra gracioso, ¿verdad? y es que su origen significa: agradable.

    • Cuando alguien te hace reír, es una persona agradable, ¿cierto? Cuando pruebas algo rico, es un sabor agradable. Cuando ves una película que te hace feliz es una película agradable. Cuando convives con tu familia o amigos, son momentos agradables.

    • ¿Te has preguntado cómo te ve Dios?

    • Dios no mira tu apariencia, aunque si cuidas tu apariencia eres agradable a las personas con las que convives. Dios tampoco puede ser engañado, así que si finges ser bueno cuando en realidad en tu corazón y pensamientos eres malo, Dios lo sabe. Dios mira tu corazón.

    • Las apariencias pueden ser engañosas. La apariencia exterior no revela lo que la gente realmente es. La apariencia física no nos muestra el valor o el carácter, la integridad o la fidelidad de una persona hacia Dios. Las cualidades externas son, por definición, superficiales. 

    • Jesús mismo convivió con una persona que sabía que lo iba a traicionar y aún así no lo rechazó ni separó, le esperó pacientemente a que no fallara, que se arrepintiera de hacer lo que iba a hacer pero al final, lo traicionó.

    • Así mismo Dios está esperando a que todos se arrepientan de lo malo que han hecho, está esperando que cambien sus corazones, que sean limpiados y sean agradables para Dios.

    • Esta es la gracia, recibir un regalo que no merecemos, ni podríamos pagar nunca, pero Dios nos lo da simplemente porque nos ama, este regalo es: La vida eterna.

    • ¡¿Qué?! ¿Es como recibir un regalo después de hacer algo malo? ¡Eso no es justo!

    • Dios es un Dios justo, por eso después de este tiempo de gracia, este tiempo donde Dios espera pacientemente que nos arrepintamos, vendrá el castigo.

    • Todos los que hicieron mal y no se arrepintieron, recibirán su merecido.

    • Este castigo será horrible, no habrá lugar donde te ocultes sin que Dios te encuentre y recibas el castigo, el castigo del pecado es la muerte y no solo la muerte terrenal, sino la muerte eterna, una eternidad separados de Dios, lleno de sufrimiento y dolor, y nadie te escuchará.

    • Este día del castigo lo vemos en este capítulo, donde la tierra misma será una herramienta del castigo, las estrellas se caerán, las montañas se desmoronan por la sangre de los muertos, los malvados caerán muertos por millares al piso.

    • Así que si piensas que no les pasa nada a los malvados, vuelve a pensarlo de nuevo, porque si habrá castigo, todo lo malo que hagas tiene una consecuencia y merece castigo, y este castigo será horrible.

    • Dios ya juzgó una vez al mundo, ¿Sabes cuando fue? Cuando Noé construyó un arca y solamente los que estuvieron dentro del arca fueron salvados de la inundación que destruyó a todo el planeta. Y la Biblia dice que el final de los tiempos serán como los días de Noe, donde el pecado del mundo llegó a tan gran extremo donde es tiempo de que venga el Juicio de Dios.

    • Y si crees que Dios ya se tardó en dar su merecido a los malvados, en 2 Pedro 3:9 tenemos la respuesta:

      • No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.

    • Dios te está esperando a que te arrepientas, aprovecha el día de hoy para arrepentirte de tus pecados porque mañana podría ser muy tarde.

    • Así que en este capítulo podemos aprender dos cosas:

      • La venganza es del Señor.

        • Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» Romanos 12:19 TLA

      • Es el momento de arrepentirnos.

        • «Ahora es el momento oportuno: ¡busquen a Dios!; ¡llámenlo ahora que está cerca! Arrepiéntanse, porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; él tiene compasión de ustedes. »Que cambien los malvados
          su manera de pensar, y que dejen su mala conducta». Isaías 55:6-7 TLA

    • Solo quisiera recordarte que arrepentirte es entender lo malo que has hecho, pedir perdón por lo malo que hiciste y no volverlo hacer.

  • Isaías 35: El día de santidad

    • Cuando Noe bajó del arca, se bajó a un mundo nuevo, nuevas tierras, nuevos mares, ¿te imaginas la felicidad que tenían Noe y su familia cuando bajaron del arca? No solo porque sobrevivieron ese tiempo tan difícil y horrible, no solo porque Dios los guardó, sino porque por un momento ya no había pecado ni maldad en el mundo, ¿te imaginas un mundo así?

    • Pues así será el día que el Señor vuelva con su reino de justicia y paz.

    • Será un mundo hermoso donde todos los que nos arrepentimos y creímos en Jesús viviremos con alegría.

    • Los versículos 5 al 7 dicen:

      • »Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; los que no pueden andar saltarán como venados, y los que no pueden hablar gritarán de alegría.

    • Habrán milagros, seremos verdaderamente libres, libres de la maldad, del pecado, de la tristeza y el dolor. Se acabarán el llanto y el dolor, y sólo habrá alegría y felicidad.

    • Será un nuevo mundo gobernado solamente por Cristo, le alabaremos y adoraremos por siempre.

    • Todos verán la gloria de Dios, la hermosura del Dios nuestro.

    • Vamos a ver cara a cara a nuestro Dios.

    • Esfuérzate y no temas porque Dios mismo vendrá y nos salvará.

    • En nuestro corazón, el Señor nos ha dado de su espíritu para vencer al pecado y ya no somos los mismos, ya no hacemos las cosas malas que hacíamos antes, pero aún nos cuesta, batallamos con nuestra carne y con el pecado día a día, porque la presencia del pecado sigue presente hoy en día.

    • Pero en el día del Señor, volveremos con un nuevo cuerpo donde el pecado ya no es un problema, por eso los cojos podrán correr, los ciegos podrán ver, los sordos oirán, mudos hablarán, justo como Jesús nos mostró en su vida que hizo estos milagros, dándonos una probadita de lo que viviremos en ese día. 

Decide hoy qué día quieres vivir, el día de la venganza del Señor o el día de la santidad. ¿Quieres sufrir con los pecadores o celebrar con los perdonados? Arrepiéntete el día de hoy por tus pecados, solamente debes arrepentirte y darle tu vida a Jesús. Aprovecha el día de hoy porque después puede ser muy tarde.

 

💡​Verso a memorizar:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 6:23




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