¡Pasemos tiempo adorando a los pies de Jesús!
¡ Pasemos tiempo adorando a los pies de Jesús!
(Clase del 20 de marzo del 2022)
Tema: ¡Pasemos tiempo adorando a los pies de Jesús!
Pasaje: Mateo 26:6-13
Objetivo: Que los niños imiten el ejemplo de María quien lo entregó todo para adorar a Jesús entregándole su tesoro más preciado.
Intro: ¿Alguna vez hiciste algo bueno y los demás creyeron que estabas mal? Por ejemplo: decidir no copiar en un examen, avisarle a tus papás cuando algún otro niño estaba desobedeciendo a una instrucción, etc. ¿Te han criticado por hacer lo correcto? ¿Cómo te sentiste? O a lo mejor eres muy penoso y aunque quieres hacer lo correcto prefieres callar y no hacer nada al respecto, ¿es ese tu caso? Pues el día de hoy vamos a conocer a una mujer que decidió hacer lo correcto, las personas la señalaron y criticaron, PERO Jesús la puso como ejemplo delante de todos.
1. La Reunión (Mateo 26:6, Juan 12:1) Es importante que primero nos pongamos en el lugar donde ocurrió todo. Mateo nos dice que Jesús estaba en la ciudad de Simón el leproso mientras que Juan nos cuenta que ahí mismo estaba Lázaro, a quien Jesús había revivido, ¿te imaginas haber estado ahí? Para empezar está Simón quien tenía lepra. Esta enfermedad no tenía cura y era sumamente contagiosa; si alguien se contagiaba de lepra, debía vivir alejado de todos, pero este Simón podía tener una reunión en su casa porque ¡ya no había lepra en él! ¿Quién hizo esto? ¡Fue Jesús! Él pudo quitarle esa enfermedad que lo alejaba de todos y ahora podía estar sano comiendo con sus amigos. Después aparece Lázaro; cuando él enfermó buscaron a Jesús para que pudiera sanarlo porque sabían que solo Él podía hacerlo. Finalmente Lázaro murió y todos lo vieron; Jesús llegó “tarde” para mostrar que Él es la resurrección y la vida, se paró delante de la tumba de Lázaro y delante de muchísimas personas, lo revivió después de haber estado cuatro días muerto, ¿te imaginas verlo ahí sentado, comiendo después de saber que Jesús lo revivió? ¡Qué testimonios tan grandes estaban ahí!
2. La adoración (Mateo 26:7) Y entonces apareció María. Ella era hermana de Marta y Lázaro, también era amiga de Jesús quien, según Él mismo, había escogido la mejor parte: estar sentada a los pies de Jesús escuchando sus enseñanzas. Y aunque era bueno escuchar las palabras de Jesús, ella supo que había llegado el tiempo de poner en práctica todo lo que había aprendido de Él, así que decidió tomar lo más valioso que tenía y dárselo a Jesús, ¿cómo? Tomó un perfume muy costoso que tenía y lo derramó en la cabeza de Jesús.
3. El efecto (Mateo 26:8-9) Al ser un perfume y derramarlo el olor se impregnó en todo el lugar, así que todos los que estaban ahí se dieron cuenta. La Biblia nos dice cuál fue la reacción de los discípulos de Jesús: enojo y molestia que terminó en crítica. Creyeron que Jesús no merecía tener ese perfume tan caro, que era mejor venderlo y dárselo a los pobres.
4. La respuesta de Jesús (Mateo 26:10-13) Jesús defendió a María, reconoció que estaba haciendo lo correcto y prometió que cuando se predicara el evangelio se contaría lo que había hecho, ¡WOW! ¡Qué maravilloso ser reconocido por Jesús! ¡Qué bello obtener una promesa de su parte! Y el día de hoy tú y yo podemos obtener lo mismo.
5. Llevando su Palabra a la práctica: Tal vez hoy no tengas un perfume caro que puedas entregarle a Jesús, o no tengamos a Jesús mismo para sentarnos a sus pies, PERO sí podemos entregarle lo más preciado: nuestras vidas y nuestro tiempo. Obedece a tus autoridades, ama a tus compañeros, sé un buen amigo, un buen hijo, un buen hermano, por atención a tus clases de Club Semilla porque Cristo lo merece. No es fácil, pero Jesús nos ha regalado a su Espíritu Santo para que podamos lograrlo, nos ha prometido volver por nosotros para vivir en el cielo con Él, así que esa promesa vale la pena para obedecer en todo momento. A lo mejor otros te van a criticar por hacer lo bueno, a lo mejor no les va a parecer, pero así como a María, el Señor te va a apoyar, te va a defender y te va a recompensar porque Él es bueno.
Verso a memorizar:
Así que, si Cristo murió por nosotros, ya no debemos vivir más para nosotros mismos, sino para Cristo, que murió y resucitó para darnos vida.
1 Cor 5:15 (TLA)
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