Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—.





📍​Tema: Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—.          

 📖​Pasaje:  Isaías 1

 ️​Objetivo: Recordar que Dios al que ama corrige y como hijos de Dios recibir la corrección.

 ️I​​introducción:

La semana pasada aprendimos que es un profeta, ¿recuerdas que es un profeta?

Un profeta en la Biblia es alguien que habla de parte de Dios.

Y hoy conoceremos a un nuevo profeta, llamado:

  • Isaías.

Isaías quiere que el pueblo de Israel sepa lo que Dios dice, pero sobre todo quiere que sepan que Dios los ama.

️Clase:

La palabra de Dios dice:

“» Porque Dios corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo.»

Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo.

  • ¿A cuantos no nos han corregido nuestros padres cuando hacemos una cosa indebida?
  • ¿Cuándo nuestros padres nos corrigen nos dejan de amar?
  • Cuando nuestros padres nos corrigen, es porque nos ama, porque quieren que cambiemos nuestras malas actitudes y seamos mejores hijos.
  • Así mismo Dios nos corrige, porque nos ama.
  • Si no nos amara no le importaríamos y no le importaría si hiciéramos algo malo.
  • Yo prefiero ser corregido en amor, a que nadie me corrija ni me diga que algo está mal porque no soy amado.

Si Dios no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos. Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.

  • En este mundo tenemos a nuestros padres, pero en el cielo nuestro padre es Dios.

Cuando éramos niños, nuestros padres nos corregían porque pensaban que eso era lo mejor para nosotros. Pero Dios nos corrige para nuestro verdadero bien, para hacernos santos como él. Desde luego que ningún castigo nos gusta en el momento de recibirlo, pues nos duele. Pero si aprendemos la lección que Dios nos quiere dar, viviremos en paz y haremos el bien.

Hebreos 12:6-11 (TLA)

Debemos recordar esto al leer Isaías, ya que pareciera que Dios está enojado, que solo los está regañando, pero la verdad es que el pueblo de Israel se alejó de Dios, se lleno de pecado y olvidó la Palabra de Dios; entonces el llamado de Isaías es un llamado de amor, un llamado a regresar a Dios a perdonar sus pecados y ser tratados como sus hijos nuevamente.

El pueblo de Israel se comportaba como un hijo rebelde que no obedece a su papá, ¿conoces alguien así? Un niño que por mas que sus papás le dicen que no haga algo, lo hace no solo una vez sino varias veces, ¿Tu eres ese niño? Alguna vez lo hemos sido, así que nos identificamos con el pueblo de Israel, porque hay pecado en nuestro corazón que nos lleva a hacer las cosas que se que no debo hacer.

Isaías 1:5-6 (NTV) dice:

“¿Por qué buscar más castigo? ¿Se rebelarán para siempre?

Tienen la cabeza herida y el corazón angustiado.

Desde los pies hasta la cabeza, están llenos de golpes, cubiertos de moretones, contusiones y heridas infectadas, sin vendajes ni ungüentos que los alivien.”

¿Conocen a un niño que siempre tiene heridas?

Por lo general son niños que practican algún deporte o ejercicio, pero otros mas son consecuencias de la desobediencia; les dicen no te subas a ese árbol y se suben y luego se caen y se lastiman.

Aquí Isaías le dice al pueblo de Dios que dejen de ser desobedientes, se han lastimado tanto al desobedecer a Dios que ya no hay ni una parte libre de heridas y dolor y parece que siguen igual o peor, que quieren más castigo, más dolor, más sufrimiento.

¿Tu te pareces a tu papá? ¿A tu mama? Tal vez no físicamente, pero en la forma de ser, de hablar, de comportarnos, mucho de lo que somos lo hemos aprendido de nuestros padres, por eso nos parecemos tanto.

El pueblo de Dios estaba tan alejado de Dios que ya no se parecían en nada a Dios, ya no parecían sus hijos, parecían mas hijos de la maldad. ¿Qué triste verdad?

¿Tú te pareces a Dios? ¿Hablas como habla Jesús? ¿Te comportas como lo hizo Cristo? ¿La gente puede ver tu parecido a Dios? ¿Puedes decir que eres hijo de Dios?

Tal vez puedas decir, “pero yo voy a la iglesia todos los Domingos”, pero que creen, ¡también el pueblo de Israel! ¿Sabes que pensaba Dios sobre esto?

“«¿Qué les hace pensar que yo deseo sus sacrificios? —dice el Señor—.

Estoy harto de sus ofrendas quemadas de carneros y de la grasa del ganado engordado.

No me agrada la sangre de los toros ni de los corderos ni de las cabras.”

Isaías 1:11 (NTV)

Aunque la forma para perdonar los pecados en ese tiempo era el sacrificio de los carneros, corderos y cabras, esto no le agradaba a Dios, porque lo que Dios observa es el corazón, las intenciones de las personas.

En cambio, lo que Dios quiere es:

“¡Lávense y queden limpios! Quiten sus pecados de mi vista. Abandonen sus caminos malvados.

Aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia y ayuden a los oprimidos. Defiendan la causa de los huérfanos y luchen por los derechos de las viudas.”

Isaías 1:16-17 (NTV)

Dios quiere que dejes de pecar, que tu corazón este limpio y libre de pecado, que dejes de pensar solo en ti mismo y empieces a pensar en los más necesitados.

¿Tu quieres eso? ¿Dejar el pecado y limpiar tu corazón? Tal vez puedas decir, pero creo que mi corazón esta muy sucio, pues te tengo una buena noticia, Isaías en el siguiente versículo dice:

“» Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—.

Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve.

Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana.”

Isaías 1:18 (NTV)

¿Cuándo dice el Señor que vayamos?

¡Ahora! Dios te está llamando ahora, no dejes pasar la oportunidad, tu puedes ser perdonado hoy, aunque tu corazón este tan negro desde hace mucho tiempo que esta lleno de pecado, Dios es el único que lo puede limpiar, y no solo eso que lo dejará tan blanco como la nieve, como la lana, como lo mas limpio que te puedas imaginar.

No importa cuánto pecado haya en nuestro corazón, entre más pecado haya, aún más gracia de Dios hay para perdonarnos. La gracia de Dios alcanza para todos.

Es más fácil seguir igual con nuestra vida, pero es MEJOR cambiar nuestra vida y arrepentirnos, dejar el pecado y volver a ser hijos de Dios.

¿Quieres aprovechar esta oportunidad para arrepentirte de tus pecados y ser lavado y perdonado por Dios?

Oremos:

Dios, perdona mis pecados, lávame, límpiame y ayúdame a abandonar el camino de malvad, ayúdame a caminar a tu lado, a donde me quieres llevar. Limpia mi corazón y cambia mi mente, sáname y libérame. Hazme de nuevo tu hijo, quiero parecerme cada día más a ti.

💡​Verso a memorizar:

“» Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—.

Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve.

Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana.”

Isaías 1:18 (NTV)

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guarda Tu Corazón

Parábola de la Viña

Jesus limpia al leproso

Dia de las Madres

La Biblia es Importante