Tenemos un Redentor

Tenemos un Redentor
(Clase para el domingo 9 de diciembre del 2018)


Pasaje: Job 18-21


La semana pasada comenzamos la segunda parte de los discursos de Job y sus amigos comenzando con Elifaz y vimos que una de las características de Jesús es que es nuestro abogado.

En esta clase veremos el segundo discurso de Bildad quien le dice a Job que está haciendo un berrinche por vivir las consecuencias de su maldad y de no conocer a Dios.

Job sigue defendiendo su integridad y es por eso que cree que Dios lo tiene por enemigo. Recordemos que Job ha perdido a sus hijos, su dinero, su salud y hasta a sus amigos y es por este sufrimiento que cree que Dios lo considera su enemigo.

Job ahora busca al Señor como Redentor, ¿alguna vez has escuchado esta palabra? Redentor es un familiar o testigo que interviene para defender el caso de otro que normalmente tiene que ver con una deuda.
Como ya dijimos, la semana pasada vimos a Jesús como abogado y muchos de ustedes nos dijeron que algún conocido o familiar eran abogados y los abogados defienden a los acusados, entonces ¿qué diferencia hay entre un abogado y un redentor?

Mientras que el abogado defiende al acusado y espera la decisión del juez, el redentor puede conseguir la libertad de una persona mediante el pago de un precio.
Un ejemplo de redención la encontramos en Rut ¿recuerdan? La viuda moabita que regresa con su suegra, Noemí, a Israel después de haber perdido a sus esposos, pero cuando una mujer se quedaba viuda no tenía muchas opciones de trabajo. Aún así Rut comienza a trabajar en los campos para recoger la cebada, este trabajo lo consiguió gracias a un hombre llamado Booz. Rut encontró gracia en los ojos de Booz y pronto se enteró de que él era familiar del esposo de Rut así que siguiendo el mandato de Dios, así que decidió comprar el terreno del esposo de Noemí y casarse con ella.

¿Lo ves? Si Booz hubiera sido el abogado solo hubiera podido presentar el caso de Rut (quien era una mujer moabita, es decir, de un pueblo enemigo de Israel) frente a un juez israelita y esperar que este juez le permitiera trabajar libremente en su tierra. Pero eso no fue así, sino que Booz decidió pagar el precio que les diera libertad a Rut y a Noemí.
Esta es la esperanza de Job: encontrar a un redentor que lo libre de la muerte para ver a Dios.

Cristo no solo es el redentor de Job, sino que también es el nuestro. Job vivió hace muchos años y ya no está en esta tierra, pero puso su confianza en el lugar correcto y el deseo de ver a Dios cara a cara se cumplirá cuando Cristo regrese.

Tú y yo podemos tener a Cristo como nuestro redentor. Él ya pagó nuestra deuda ¿recuerdan? Al ser pecadores debíamos morir, pero Jesús decidió tomar nuestro lugar y morir en la cruz para que ahora tengamos vida eterna. Solo debemos confesar con nuestra boca que Él es el Señor y creer en nuestro corazón que Dios lo resucitó de los muertos.

Versículo a memorizar:
Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte. Job 19:25(NVI)

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