Dios en medio de las tormentas
Dios en medio de las tormentas
(Clase para el domingo 24 de febrero del 2019)
En Santiago 1:2-4 podemos ver al Señor hablándonos de fe y paciencia, y si viene en su Palabra es porque es importante y necesaria para nosotros. En nuestra vida experimentaremos diferentes tipos de tormentas ya sean propias o de los seres que amamos. Siempre habrán tormentas a nuestro alrededor y en nuestras vidas. Pero es necesario entender que algunas tormentas tienen el propósito de aclarar nuestra vida.
Tal vez falte mucho para que realmente entiendas lo siguiente, pero si has aceptado a Cristo en tu vida te has ahorrado mucho sufrimiento y problemas por estar alejado (a) de Dios, pero eso no significa que no pasarás por aflicción.
Como tu maestro (a) me llena de gozo y esperanza que tú puedas ser un testimonio parecido al de Job: un hombre íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal cuyo sufrimiento le sirvió para adorar y conocer más de cerca al Creador de este mundo. Pero este anhelo es algo que solo el Señor puede saber si se cumplirá o no. Ya sea que venga una consecuencia por una mala decisión o estés pasando por pruebas el sufrimiento es inminente.
Así que esta clase será como una especie de “taller preventivo” en el que le rogamos al Espíritu Santo que pueda capacitarte para abrir tus ojos y estar expectante de lo que el Señor hará en medio de la tormenta y que puedas ver su luz brillar aun cuando todo parezca oscuro.
En Marcos 8:23-27 tenemos una hermosa historia donde los discípulos de Jesús literalmente estuvieron en medio de una tormenta y cómo es que el poder de Cristo brilló.
En los versículos anteriores, los discípulos habían visto a Jesús sanando a un leproso (una enfermedad que no tenía cura), sanado a un siervo paralítico y a la suegra de Pedro. Como podrás imaginarte, fue un día agotador para todos ellos así que el Señor les dijo que pasaran hacia el otro lado en una barca. Y aquí va nuestro primer punto:
1. (Marcos 4:35) Tenemos un Dios bueno y amoroso, es lo hemos escuchado muchas veces, pero ¿qué tanto conoces sobre sus promesas? Es importante tomarlas en cuenta porque serán necesarias durante nuestro viaje en medio de las tormentas. Jesús les prometió que pasarían al otro lado, nunca lo dudó pero los discípulos fácilmente olvidaron estas palabras.
2. (Marcos 4:37) ¿Se acuerdan a qué se dedicaban los discípulos de Jesús antes de conocerle? Eran pescadores, así que si había algo que conocían bien era el mar, pero esa noche todo fue diferente. Una tormenta les sorprendió como nunca antes y esto les provocó pánico a todos. ¿Cómo es que podían estar temerosos si Jesús literalmente estaba con ellos? ¿Acaso habían olvidado los milagros que ese mismo día vieron?
3. (Marcos 4:38) Aquí podemos saber qué era lo que Jesús estaba haciendo: estaba dormido. Hay muchas cosas que podemos ver de este versículo. A) cuando estamos en problemas, es probable que haya en nosotros un anhelo por orar lo cual está bien, el problema es que sentimos que Él no nos escucha o que no quiere responder a nuestro clamor y eso nos puede desanimar, B) al mismo tiempo, y como lo vimos en el Salmo 3:4-5 no hay nada que pueda tomar desprevenido a Dios o que le quite su paz. Por otro lado, y retomando el punto A, vemos a los discípulos haciendo la pregunta que todos nos hemos hecho o haremos en nuestra vida: ¿no tienes cuidado que perecemos?
4. (Marcos 4:39) Niños, nuestras oraciones SIEMPRE serán escuchadas y contestadas. Tal vez no como esperamos, pero sí como lo necesitamos. En cuanto los discípulos clamaron al Señor, Él SE LEVANTÓ e hizo evidente su poder y cuidado. Primero le habló a las olas como si hablara con alguna persona o alguna mascota (yo no sé ustedes, pero mi perrito jamás me hace caso cuando le doy una instrucción, así que esta orden ya parecía difícil de acatar) y les ordenó que se detuvieran. El hablar de esa manera pudo ser un reto para cualquiera si recordamos que era una fuerte tormenta, no todos tendrían la capacidad de hablar intentando no caer al mar al mismo tiempo, pero Jesús no solo lo hizo, sino que el mar ¡le obedeció!
5. (Marcos 4:40) En la versión TLA nos dice que Jesús le preguntó a los discípulos “¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí?” Jesús no condiciona su poder y ayuda a cambio de nuestra fe. No dijo “hasta que no recuerden lo que he hecho, no les voy a ayudar”, pero Él quiere que confiemos en Él en todo momento, que sin importar lo que venga sepamos que Él es fuerte, poderoso y, lo más importante, que nos ama y cuida siempre.
6. (Marcos 4:41) Los discípulos estaban atemorizados —y con justa razón — de la tormenta, pero cuando la vieron aplacada terminaron temiendo a Jesús por haber visto a ala tormenta visto obedecerle. ¡Ese es el verdadero propósito de las tormentas! Mostrarnos que el Señor es poderoso, es digno de ser temido, alabado y es digno de nuestra confianza.
7. (Marcos 5:1) Dios cumplió su promesa y lograron llegar al otro lado para poder seguir siendo testigos de su grandeza y poder. Él es un Dios de pactos.
Sin importar cómo estés el día de hoy, es importante que recuerdes en tu mente y corazón que tienes un Dios que te ama, responde a tu clamor y es digno de tu confianza. Disfruta de sus bendiciones, recuerda sus promesas escritas en su Palabra y confía en Él cuando la tormenta llegue a tu vida.
Versículo a memorizar:
No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.
(Isaías 41:10 NTV).
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